MASCULINIDAD EN CIERNES.Publicado 11-04-2016.
Gloria Cepeda Vargas
Dicen que Arquímedes, al constatar que el volumen de agua que asciende es igual al volumen del cuerpo sumergido, expresó su asombro con una ¡Eureka! que hizo temblar el mundo.
“El Tiempo” del 8 de marzo, Día de la Mujer, expresa otro eureka no menos desafiante. Con el título de NACE EN EL PAÍS EL MOVIMIENTO NUEVA MASCULINIDAD, la doctora Martha Ordóñez Vera, Consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer, dice: “Para lograr la igualdad de género los hombres deben dejar de lado actitudes dominantes y adoptar prácticas encaminadas a lograr esa equidad” ¡Qué idea nueva doctora Ordóñez! ¡Eureka por los australopitecus camino al homo sapiens! ¡De los machos de pelo en pecho convertidos en varones de lampiño tórax y cerebro frondoso!
Ignoro si lo que propone la funcionaria sea solución para el galimatías donde naufraga a diario la tan llevada y traída equidad de género. El hecho de que nuestros varones “dejen de lado actitudes dominantes” para obtener la anhelada equidad familiar y social, no sería ni el primer avistamiento del cometa Halley ni el descubrimiento de la penicilina. Es decir, si dejaran de convertir sus nidos de amor en rines de boxeo y de mirarnos como a piezas de ropa interior masculina en realización, otro gallo cantaría.
Además este “nuevo concepto de masculinidad” es una visión cojitranca de lo que quiere expresarse. La masculinidad, tal y como ha sido concebida hasta hoy, no responde a los parámetros de responsabilidad que demanda la evolución humana. Masculinidad es un estado trascendido y sobre todo idoneidad necesaria para entresacar, entre tanta conseja obsoleta y tanto morbo en acción, lo que hace del hombre un caballero. Lamentablemente, la caballerosidad, rara aleación de reciedumbre y ternura, nunca ha ocupado el sitio que le corresponde en las expectativas que nos acreditan como especie racional. Lo que hasta ahora se considera esencia masculina, no es más que genitalidad fuera de borda. Entonces, lo que propone la funcionaria, no es nuevo porque nunca existió como tal. De todas maneras ¡Que se cuezan en el horno de la masculinidad bien entendida, los nuevos hombres de sexo masculino! ¿Redundancia? Nada de eso, simple sentido común.
GLORIA CEPEDA VARGAS.